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Mi Historia detrás de mi primer Medio Maratón. Segunda Parte.

  • Foto del escritor: Ana María Brizuela
    Ana María Brizuela
  • 15 mar 2019
  • 3 Min. de lectura


Llegó el día de la carrera, el despertador estaba para sonar a las 4:00am, a las 3:00am , ya estaba dando vueltas, planificando y repasando el recorrido en mí mente una y otra vez.

A las 4:50, salimos de casa; Mí esposo Cristian, nuestra cachorra Kiama, mis mariposas en el estómago y yo.

5:59, un minuto para la salida, mí corazón latía fuertemente, lo sentía en mí garganta, tenía miedo, pero sobretodo ansiedad.


Cerré mis ojos, tomé una respiración profunda...sonó la salida; me encomendé a Dios y vamonos.

En mí mente dije bueno a darle duro que si aflojó voy a durar más. Voy a bajar lo más rápido que pueda y así fue, cuando me di cuenta vibró mí reloj, había completado el primer kilómetro, seguí a buen ritmo y no hice cuentas de cuanto faltaba.

26:86 minutos después había terminado los primeros 5kms, mí mejor tiempo hasta ahora en esa distancia, no podía creerlo, no dejé que eso me desconcentrara, aún faltaban 16kms y todas las cuestas.

Mí reloj vibró por décima vez, quería volver a ver el tiempo pero no lo hice, me sentía muy bien, mí mente decía: "vamos usted puede", mis piernas, brazos y tronco respondían bien a ese pensamiento.

Kilómetro 11, vi venir lo que me tocaba, por un momento me asusté y dije, si hubiera sabido que esto venía no me hubiera inscrito; era la cuesta del museo de los niños que llega a la botica solera, le dije a Dios: "Dame fuerza, empújame para subir rápido", logré llegar al parque de Barrio México, y dije ahora sí solo faltan 10Kms.


Llegué a Barrio Cuba, había pasado por el hospital de niños, paseo colón, sabana sur, cementerio Judío, mi reloj vibró una vez más alcanzando los 15 kilómetros, que era la mayor distancia que había hecho esté año, volví a ver mi tiempo 01:40:00 y dije: " Uy voy bien", me sorprendí por que había presupuestado hacer 02:30:00 (si mucho tiempo, pero en realidad mi objetivo era terminar, sin importar cuanto durara).


En ese momento mi cuerpo estaba comenzando a fatigarse, pero mi mente estaba a full motivación, así que aceleré el paso para intentar recortar un poco el tiempo, dos kilómetros después, experimenté algo que nunca había sentido, mis orígenes (ingles) de los músculos adductores ( músculos de la parte interna de las piernas), empezaron a producir dolor de tipo arratonamiento, algó en mi mente dijo: " Diosito solo faltan 4 Kilómetros, ayudamé a terminar" y mantuve el paso.


18 Kilómetros, mi corazón se empezó acelerar, sabía que pronto debía subir la famosa cuesta Matute Gómez.


Volví a ver a la acera, había corredores que ya venían con la medalla, mi cabeza volteo a la derecha y vi a un ángel en el camino, era mi entrenador, lo llamé y me dijo ahora si vamos, y comenzó a correr a la par mía, me comenzó hablar y a dar consejos, acelere el paso, suba la frecuencia de los brazos, extienda cadera, ( mi técnica ya iba mal por la fatiga).


Y de pronto apareció, la famosa cuesta, Dios sabe que le puse amor, alma, vida, y mucho esfuerzo, mi técnica era desastrosa pero como digo yo, la subí a pura fé.




Llegué arriba y había un puesto de hidratación, tomé, seguí, y dije: ya la voy a terminar, tuve que contener mi emoción, para no desconcentrarme.


Llegué a la California, ya me faltaba un kilómetro, la emoción no la pude controlar esta vez, empecé a pensar en mi vida, el ultimo año y todo lo que había cambiado, cuantas madrugadas, cuantos fondos, pero sobre todo cuantas veces me quise rendir.


Llegué a la meta, me esperaban mi esposo y nuestra cachorra, hiperventile, lloré y me sentí tan bien, que la emoción brotaba en forma de lagrimas.


Terminé mis primeros 21km, en 02:15:00, muchos dirán que duré mucho, para mí es un tiempaso, por que me tomó mucho tiempo llegar ahí, es el tiempo que debo mejorar, y por el que tengo que trabajar ahora.


Quiero terminar este blog, animándole, motivándole y retándolo a que haga eso que siempre ha soñado, lo que sea: correr un maratón, viajar, subir el chirripó, lo que sea que le permita ser la mejor versión suya.


Esto no es una competencia con los demás, es una competencia con uno mismo, es solo cuestión de proponerselo, a mi me tomó 28 años darme cuenta de eso, pero ahora voy a vivir el resto de años de mi vida, motivándome a ser la mejor versión de mi misma.


Muchas gracias a mi esposo, mi entrenador, mi nutricionista, a mis compañeros de fondo, y cada una de las personas que me han seguido y apoyado en este proceso, ustedes son una parte importante de este logro.





 
 
 

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